Aunque suene raro, por un problema de radar, los pilotos militares de EE.UU deben reiniciar el sistema de sus aviones en pleno vuelo. ¿Querés saber más? ¡Todo en esta nota!
Casi siempre que nos comunicamos con el servicio técnico de algún servicio la solución sugerida es reiniciar nuestro gadget, ya sea un router, nuestra pc o, incluso, el celular desde el cual estamos comunicándonos y esperar que el problema se solucione por sí solo al volver a encenderlo. El misterio está en por qué la mayoría de las veces esto soluciona nuestro problema casi por arte de magia.
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Pero una cosa es un router y otra es el radar de un jet de guerra… ¿o no? Los ingenieros del programa de jets F-35 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos encontraron un grave error en los radares de estos aviones que requiere que los pilotos dejen lo que estén haciendo para reiniciarlo y, así, poder usar uno de los aparatos más importantes que tiene un avión. Una solución bastante poco práctica, especialmente si están en una misión importante o, digamos, en el medio de una batalla:
-¡Mayday, Mayday, estoy perdiendo altitud!
-Ajá, ¿podría darme su número de cliente?
-¿Qué número de cliente? ¡El radar no responde y me están dis-!
-Hmm… ¿ya probó apagarlo y volver a prenderlo?
El programa F-35 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos empezó su desarrollo en 2001 y desde entonces está en la mira de muchos detractores que argumentan que las fallas con las que se encontró el equipo de desarrollo (como es el caso del radar) no son compensadas por el costo altísimo que significa cada una de ellas (siempre hablando de varios millones de dólares que se suman al costo de producción del F-35).
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Afortunadamente no se trata de una falla que se mantendrá en el diseño del radar, sino que el hecho de tener que reiniciarlo es una solución transitoria mientras la firma de ingeniería aeronáutica Lockheed Martin encuentra una manera de resolver estos problemas del sistema.
Si bien una falla tan grande en los radares es algo molesto y hasta peligroso, es un consuelo para todos nosotros que no volamos saber que ni siquiera los pilotos se salvan de la maldición del reinicio.